jueves, 5 de febrero de 2009

Parlamentos de Negrete

Corría 1550 y Pedro de Valdivia recién había arribado hasta la zona de Penco y había fundado, tras derrotar a los indígenas en la batalla de Andalién, la ciudad de Concepción del Nuevo Extremo un 5 de octubre. Las ansias de conquistan lo impulsan a continuar al sur, pero buscando otra senda para cruzar el río Biobío. Para esto, encomienda al capitán Juan de Negrete a que explore el cauce de este torrentoso y profundo río en dirección este. Esta misión la cumplió descubriendo, a comienzos de 1551, un vado que permitía el cruce de carretas y caballares, designándole el nombre de “Vado de Negrete”. Este lugar fue ampliamente disputado puesto que quien ejercía soberanía sobre él tenía la posibilidad de cruzar este obstáculo natural sin obtener grandes bajas. 

Los años que siguieron fueron de huidas, contraofensivas, de incursiones y de alzamientos que caracterizaron los duros y violentos años de los inicios del proceso de conquista en los territorios de la Alta Frontera con el río Bio Bío como silencioso testigo. 

En este escenario, hacia 1640 se comenzaron a producir los primeros acercamientos que terminaron en una serie de parlamentos donde mapuches y españoles hacían las paces, aunque fuera sólo por algunos años. El primero de ellos fue obra del gobernador Francisco López de Zúñiga, marqués de Bardes, conde de Pedrosa y caballero del hábito de Santiago, quien llegó a la frontera con afanes de hacer fortuna pero en forma pacífica. Fue así que ofreció a la posibilidad de parlamentar. La fecha fue un 6 de enero de 1641 y el sitio escogido, según los historiadores, fueron los grandes llanos de Quilín que corresponderían a los que hoy es Negrete. Españoles y Araucanos, con gran ceremonia y grandes discursos, enterraron las armas, intercambios obsequios y realizaron una gran fiesta, mientras se reconocían respeto mutuo y se aseguraban el término de los ataques. Sin embargo, las intenciones rápidamente se comenzaron a diluir. Los españoles comenzaron a ocupar nuevamente 

La Araucanía que fue prontamente recuperada por los araucanos. Pero el siglo XVII fue pródigo en parlamentos aunque quienes concurrían no cumplían lo pactado. Como sea, los parlamentos se comenzaron a realizar de manera habitual en los Llanos de Negrete, cerca del vado del mismo nombre. La época más apta eran los meses de noviembre y diciembre porque los caballos podían forrajear y porque su configuración, ponía a resguardo de cualquier ataque sorpresivo. 

El primero fue el 23 de febrero de 1727 donde 171 ülmenes y 18 jefes mapuches respetables concurrieron a la cita, además de 78 capitanes y más de 2 mil guerreros que llegaron previo salvoconducto especial para cruzar el río. Primeros ya estaban el gobernador, el obispo y numerosos funcionarios eclesiásticos. Al alba, unos cañonazos señalaron la iniciación de la jornada. Las autoridades españoles estaban situadas en las ramadas del centro, rodeados de una formación en cuadros de tropas españolas. Fuera del cuadro estaban los araucanos. Los bastones de mando de los caciques se amarraron y al centro estaba el del gobernador. Las machis mataron algunos corderos (hueques) y rociaron con su sangre ramas de canelo. Los caciques, por su parte, saludaban con un respetuoso mari-mari. Con su mano izquierda sobre los bastones, pronunciaron un uncapian (discurso) con palabras elegantes (cogay) en que después de una notoria pausa, alargaban la última vocal. El capitán general Cano y Aponte habló enseguida, refiriéndose a la obediencia al rey, la necesidad de conocer la religión, cumplir las órdenes del gobernador, entre otros temas, todo lo cual era traducido por un intérprete. Luego venía el reparto de sombreros, cintas, ropas, etc. y con una gran fiesta, dieron por concluido el 2° Parlamento de Negrete. Este encuentro fue sometido al Rey por Cano y Aponte que, además, le propuso un Plan de Pacificación de Arauco. 

El Rey, por su parte, aprobó el Parlamento el 10 de diciembre de 1727. Pero en 1769, los indígenas arrasaron las estancias de la zona del Laja con el fin de recoger las cosechas sin el control español. En esta época era gobernador interino de Concepción Juan Balmaceda y Censano quien designó a Francisco de Morales y Castejón para enfrentar esta situación. Aunque pudo hacer frente a los indígenas gracias a la llegada del invierno, en la primavera de 1770 fue derrotado por los toquis Curiñancu y Taipalabquén. Esto obligó a Morales y Castejón a negociar nuevamente en Negrete, dando paso al tercer Parlamento en ese sector, con las mismas características que los anteriores.

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